Por Juan Carlos Lopaczuk
(Profesor de Historia y Periodista)
Las constantes agresiones verbales de Milei hacia la comunidad LGTB+. Y la apatía del campo popular.
En la última cumbre económica de Davos, el Javo volvió a desbocarse. A su irracional odio hacia las mujeres le sumo agresiones hacia la comunidad LGTB+. En una cumbre mundial de economistas insultó y mencionó frases que pocos en ese foro esperaban de un primer mandatario.
Recordemos que ya durante la campaña electoral para la presidencia, el Javo refería constantes expresiones misóginas y anti homosexuales. Cabe solo citar las frases en donde comparaba a la población con niños bañados en vaselina´´, expuestos ante un estado que era un pedófilo abusador. Analogía aberrante y que solo es capaz de ser mencionada por una mentalidad retorcida. Durante su primer año a cargo del ejecutivo nacional, cerró el Inadi, instituto encargado de desarrollar políticas contra la discriminación y la xenofobia. Así como también lo hizo con el Ministerio de la Mujer, eliminando todos los programas destinados a la erradicación y lucha contra la violencia de género en nuestro país. El patrón se repite y el libertario parece no respetar lo que pregona. Su principal slogan de campaña fue respetar la libertad de las personas y sus propias decisiones. Siguiendo ese precepto la comunidad LGTB+ debería ser más libre que antes. Pero parece que no es así. Milei se presenta solo como defensor de la libertad financiera para que las grandes corporaciones puedan hacer negocios con el estado argentino. Sin embargo, cuando se trata de derechos aparece el Milei conservador que se enaltece como defensor de la familia tradicional, pero desprecia y agrade a más no poder a quienes no pertenecen a ese grupo. Será que la economía no marcha como quiere, y tiene que recurrir a crear un enemigo externo para desviar la atención antes que ponerse a hablar de la situación real del país. O quizá, en su afán de congraciarse y tratar de pertenecer intenta repetir el discurso trumpista en un acto más de vasallaje obsceno. Todo puede ser en el universo libertario. Lo extraño es que referentes del campo popular no hayan hecho escuchar su rechazó a estas agresiones. Más preocupados por los lugares en las próximas listas de octubre y empantanados en las internas rosqueras, los ideales y la defensa de los derechos del pueblo parecen quedar en un segundo o hasta tercer plano. Sumergidos en una crisis de representatividad sin precedentes desde la vuelta de la democracia, parece que no se preocupan por retomarla en lo inmediato. Los colectivos atacados, al parecer, verán a sus referentes nacionales del campo popular solo en las marchas para sacarse una
selfie´´, y seguir así abonando la cultura del “Trending Topic´´ en redes sociales.
Hay que recuperar las redes sociales, para dar debates y defender derechos conquistados. Nuestro pueblo no se desencanta, ni descree de la política. Solo se decepciona de sus líderes. Hasta que encuentre otros nuevos. El pueblo está esperando.