Por Juan Carlos Lopaczuk
(Profesor de Historia y Periodista)
La necesidad de recrear un nuevo ciclo “nestorista” que recupere la identidad con nuestro pueblo.
En el 2001 la situación socioeconómica era compleja. Con un descrédito de la política descomunal se llegó al 19 y 20 de diciembre. El país estalló y los\as
pobres pagaron las consecuencias. Tres presidentes en una semana y el ” Que se vayan todos” retumbando por las calles. En 2002 se sobrevivió y el 2003
trajó una novedad. Un lejano gobernador del sur se presentaba como la tercera opción. Ese era un tal Néstor Kirchner. Flaco, desgarbado y hasta desprolijo dio la pelea al aparato menemista que intentaba volver. En un clima de desanimo generalizado se impuso por 22 %. Así fue el presidente de la nación menos votado. Con un aire patagónico y con dificultades para el pronunciamiento de su apellido, los\as argentinos\as lo empezaron a conocer.
Néstor fue recuperando la confianza en la política del pueblo y con una frase simple ” ayúdenme que solo no puedo” convocó a miles. Con su visión del
estado interventor a favor del pueblo construyó su legitimidad. Transversal como pocos, incorporó a los que querían sumarse con intenciones de recuperar
a la patria desbastada por el neoliberalismo. Así recupero derechos sociales, otorgó dignidad y empodero a los que menos tienen. Negocio con dignidad la deuda externa y libero a nuestro país de ese yunque que teníamos desde hace décadas.
Ese fue el primer ciclo nestorista. Cristina lo continuó favorablemente y enalteció.
Hoy ante un gobierno de ultraderecha que desprecia al pueblo. La obligación militante es recrear las condiciones para el surgimiento de un nuevo ciclo
nestorista. Con dignidad popular, prolijidad en la acción y en comunión con todos aquellos que quieran y sientan que la patria debe ser defendida del
fascismo gobernante. La reconstrucción hoy es por nuestros abuelos que la pasan mal y por nuestros hijos y nietos que no nacieron todavía. El futuro de
dignidad y justicia se empieza a construir hoy. No podemos dar ventajas, ellos nos necesitan. Podemos hacerlo. San Martín dijo una vez: “Cuando la patria
esta en peligro, esta permitido todo menos no defenderla”. Cuestiones del destino, Don José y Néstor nacieron un mismo día. Ellos no están fisícamente,
pero estamos nosotros. La hora de defender la patria del fascismo nos toca a nosotros.
Si la política volvió a ser la “rosca” por el cargo sin convicciones. Si la política preponderante es de espaldas al pueblo. Si la soberbia se destaca en sectores
de la dirigencia y el autoritarismo esta de moda. Habrá que ser nuevamente políticamente incorrectos, como lo fue Néstor en tiempos de desesperación y
desesperanza. Seamos optimistas, esperanzadores, idealistas y humildes y democráticos. Militemos la política que hoy no es la correcta. La patria nos necesita.