Por Juan Carlos Lopaczuk
(Profesor de Historia y Periodista)
Los últimos eventos en nuestra patria reclaman una nueva asociación ciudadana con los principios democráticos.
Desde la vuelta de la democracia en nuestro país en 1983, la política argentina a convenido en la legitimidad de su sistema en lo que se conoce como el “Pacto del Nunca Más”. Este consiste primordialmente en una convivencia pacífica de las fuerzas políticas, el rechazo a la violencia y la represión, la vigencia de los derechos humanos, y el concepto de democracia entendido esencialmente como abrigador de derechos sociales y económicos.
En la actualidad desde el ejecutivo nacional se pregona el individualismo y el libertinaje del mercado económico.
Además de la falta de respeto constante, de la mano de la agresión verbal ignominiosa de forma reiterada. Generando con ello la intolerancia y la violencia en la sociedad que atenta contra el pacto democrático que tanto a costado a la historia reciente de nuestra patria. El rechazo y desprecio al que se somete a la política de derechos humanos de parte del gobierno libertario, acusándola de “curro”, no es casual. La vicepresidenta Victoria Villarruel es negacionista del genocidio de la última dictadura militar argentina y defensora legal de asesinos y violadores del “proceso de reorganización nacional”.
En cuanto a los derechos sociales y económicos, son liberados a las reglas del mercado. Lo que genera la consecuencia de que miles de compatriotas caigan día tras día en la pobreza extrema, por culpa del “reordenamiento” del propio mercado.
Si bien es cierto que la democracia hasta el año pasado no había podido resolver problemas estructurales del sistema. Como ser la incapacidad de la ampliación de los derechos económicos y sociales, que no acompañaban correlativamente a los políticos. Hoy nos encontramos ante un escenario peligroso. La recurrencia constante a la violencia de parte del gobierno y su hasta enaltecimiento, a llegado a contaminar sectores populares. El episodio de agresión al influencer libertario en la marcha en contra del veto al financiamiento universitario es una muestra de ello. NOSOTROS NO SOMOS ASÍ. Para rearmar el “Pacto democrático” debemos ser democráticos y no caer en provocaciones que buscan distorsionar nuestros horizontes. Para rearmar el “Pacto del Nunca Más”, hay que esforzarse para ser más inclusivos/as, más pacíficos y más defensores/as de la democracia en todos los ámbitos.
La nueva forma de la democracia debe incluir el esfuerzo por la ampliación de los derechos económicos y sociales al mismo nivel de los derechos políticos. El campo popular tiene esa gran deuda.
Una argentina para todos y todas es posible solo en democracia.