Son tiempos complejos, donde la irresponsanbilidad de quienes nos gobiernan, alimentan el odio y la bronca, con discursos falaces que quedan instalados en la sociedad para germinar un odio creciente que atente con todo lo que creemos en democracia.
Juan Grabois, fue victima de la agresión y violencia verbal de unos pocos intolerantes que se creen dueño de una verdad que solo es de ellos, y envalentonados con estos tiempos de falta de tolerancia, de falta de respeto y de odio instalado, creen que pueden avasallar sobre la integridad de otros.
Acompañamos en plena solidaridad al compañero Grabois, y compartimos su descargo:
“Los fascistas siempre tuvieron la misma estrategia. Agreden a uno entre muchos para atemorizar a todos. Los gorilas son iguales. Es un triste y cobarde estilo de vida. Esta es la versión civil del policía gaseando a una niña o garroteando a un jubilado.
El problema es cuando nos dejamos amedrentar, nos callamos, no defendemos al compañero. Así se envalentonan y creen que pueden hacer cualquier cosa. Gasear, garrotear, linchar… Creen que porque tienen plata o poder pueden agredir a los demás, insultarlos, lastimarlos.
Yo no robé, no abusé de ningún privilegio, no le pegué a un jubilado, no le saqué el pan a un niño, no traicioné mis convicciones ni a mis compatriotas ¿Me tengo que dejar correr? ¿Tengo que bajar la cabeza e irme? ¿Tengo que dejar de ir al supermercado o a tomar un café? De ninguna manera… “Pero Juan, no te dejes provocar, están buscando eso”, tengo sangre, me enojo, es cierto… pero no es solo calentura. Estoy convencido de que la peor estrategia es dejarse amedrentar. No hay que dejar que amedrenten a otros. Hay que bancar los trapos, siempre.
Es lo que pienso. No sé si “garpa”, pero soy así. Perdón si ofendí a alguien injustamente. Gracias a todos los que me transmitieron su apoyo. Nos vemos en la lucha”.